El pasado es la recopilación de todo lo sucedido, incluyendo lo que acaba de pasar.
En este punto hay un quiebre de la realidad inmediata para hacerse futuro. Desde
allí surge la gran polémica sobre la inexistencia del presente, en la cual se enfatiza
solamente la realidad de pasado y futuro. Después de aceptar que el pasado genera
depresión y el futuro ansiedad, se puede reflexionar acerca de un presente captado
en el instante efímero de una selfie.
Frente a esta perspectiva el pasado se consolida como la vivencia en la relación
física espacio-tiempo donde se hace objeto de estudio al trasegar por los laberintos
de la antropología, la cosmología y la teología; el reconocimiento de las ciencias
naturales, la historiografía y los recuerdos; y esos tiempos que bien demarcan todos
los aprendizajes, la ciencia y el conocimiento, el psicoanálisis, la biología y los
estudios sobre lo antiguo.
No es posible huirle al pasado y menos ocultarlo; quedarse en él es estancarse,
pero superarlo es imprescindible. El pasado en lo personal está demarcado por lo
que el individuo acepta y permite que le suceda.
Es posible que se priorice el miedo
a la soledad y lo efímero de una patológica comodidad. El diario vivir es compartido
con muchos testigos de aciertos y desaciertos, conflictos personales, experiencias
laborales y sociales, comprensiones e incomprensiones, carencias y solvencias,
decisiones e indecisiones, logros, y frustraciones. Todo un conjunto de historias y
de cosas, momentos malucos acumulados en la memoria de cada participante como
actor o espectador que sirven para tasar la biografía del individuo a través de gente
de malintencionada morbosidad que escudriña y disfruta la vida ajena: el relato que
se utiliza como amenaza para obtener satisfacciones enfermizas.
No se es ni santo ni demonio; simplemente se es.
No es posible ocultar que se vivió;
el futuro se construye desde otros y con otros, esos testigos de ocasión que a pesar
de los tropiezos en el camino ayudan o bloquean el proceso normal de cada
situación. Inocentes de toda acción si todo fluye en torno a un destino
predeterminado. Culpables por acción u omisión si tuvo la libertad de actuar,
proceder, retroceder, avanzar, callar, permitir y aceptar. Tal vez una decisión en un
momento oportuno pudo dar a muchos contrincantes en cualquier momento del
conflicto, mucha tranquilidad y esa paz interior que necesitaban.
En el psicoanálisis el pasado es una fuerza poderosa que influye en el presente y el
futuro.
La infancia es el referente fundamental para la consolidación de la
personalidad y el comportamiento en general. Algunas experiencias traumáticas y
no elaboradas subsisten conflictuando relaciones interpersonales. Las heridas
emocionales dejadas por el pasado y guardadas como experiencias, “basura
emocional” causa de miedos y desajustes poco convenientes, susceptible de ser
evacuada para sanar y vivir sin remordimientos.
(Pct.Pra/030625) D.R.A
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